domingo, 2 de agosto de 2009

Mary Carrillo y Concha Velasco

IN MEMORIAM

Tuvo cuatro hijas y una adoptada, Concha Velasco. Su admiración era mutua. Concha logró que Mary Carrillo volviera al teatro tras su anunciada retirada tras unos incidentes con otra actriz durante las funciones de La vieja señorita del Paraíso, que Antonio Gala había escrito para ella. Ambas estrenaron Buenas noches, madre, de Marsha Mason, que fue un éxito indiscutible. Y un duelo entre dos grandes actrices. Eran los duelos interpretativos que hacían crecerse a la Carrillo. Duelo que años atrás tuvo con Amparo Baró, en Los buenos días perdidos, de Gala. Quizá uno de sus más grandes éxitos y la obra que más veces representó. La dirigió José Luis Alonso, que tenía serias dudas sobre si aceptaría el papel, que no era el protagonista, al ser una obra muy coral. Cuando acabó la lectura el autor ella preguntó si podría comer pipas en algún momento. Entró comiendo pipas en su primera escena y recibió la primera ovación. Su duelo interpretativo con la Baró era tan contundente, y tan positivo para la obra, que autor y director acudían muy a menudo al teatro para presenciarlo.

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