miércoles, 2 de febrero de 2011

"Una pena en observación"


El mismo día que le dijo 'hasta siempre' a su madre se subía al escenario. Lo mismo hizo cuando el año pasado falleció su exmarido y padre de sus dos hijos. Nada de 'cerrado por defunción'. Ni un mínimo descanso. Eso sí, detrás del telón, en la soledad del camerino, las lágrimas corrían sin cesar. «Nunca he suspendido una función de teatro. Cuando murió mi madre yo estaba representando '¡Viva el espectáculo!' en el Florida Park y tampoco cancelé esa noche. Estamos acostumbrados. Por eso cuando enterramos a Paco Marsó no era yo quien salía al escenario, sino Madame Rosa», recuerda Concha Velasco tras superar este segundo gran golpe. A muchos el trabajo les ayuda a olvidar por unas horas el mal trago. «En ocasiones, ocurre que el dolor por la pérdida de un ser querido es tan fuerte que necesitamos tener algo controlado en nuestra vida para afrontarlo, como puede ser el trabajo», explica la doctora Nuria Soler, directora de Psikered, una red de atención psicológica personalizada en procesos de duelo.

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