viernes, 26 de octubre de 2012

"Lucho por Concha Velasco"

Diario Vasco, 18/10/2012
Sobre el escenario, en penumbra, Concha Velasco calza taconazo rojo, medias negras y una camisola blanca. Como complemento, dos perlas ciñen su garganta, enmarcando la carcajada honesta y agridulce que define a la artista. Es el atuendo elegido por José María Pou, director teatral y alma de su nuevo espectáculo, 'Yo lo que quiero es bailar', donde Concha, la gran Concha, hace un alto tras más de medio siglo de carrera y se sincera con su público, repasando en primera persona los éxitos y fracasos que han marcado la carrera de una actriz fundamental de la escena española. "Después de 'La vida por delante', no me quería retirar como Madame Rosa, una mujer que me ha dejado un poso amargo del que me gustaría recuperarme", explica.La actriz hace balance, artístico y vital, en una suerte de conversación con el público que adereza con pinceladas musicales y proyecciones sobre el escenario. La trama recorre las anécdotas de toda una carrera con las canciones que ha popularizado en películas y teatros, desde 'Las chicas de la Cruz Roja' a la 'Gran parada' de 'Hello, Dolly'. Pero la vallisoletana no solo cuenta bromas, también desdramatiza que no le dieran el esperado Goya por 'Más allá del jardín' -lectura del discurso inédito incluida-, y se pone seria al hablar de los hombres que han marcado su vida dentro y fuera del escenario. "Hablo de ellos a través de los personajes que he interpretado, Carmen, Mariana Pineda, Teresa de Jesús, Eloísa. Las mujeres que me ha escrito Antonio Gala, todas han estado por encima de los hombres, todo lo han hecho por amor y han conseguido cosas importantísimas". A punto de cumplir 73 años, la actriz sigue siendo una luchadora, aunque confiesa que las fuerzas las invierte en ella misma. "Ahora estoy luchando por ConchaVelasco. Me ha tocado tirar del carro lleno de piedras desde muy niña y eso me ha hecho ser muy dura, demasiado a veces. Los novios que he tenido y los amantes, que ha habido de todo, siempre me han dicho que era una sargento. Pero siempre me ha molestado mucho esa sensación que doy a la gente que me rodea".Ningún hombre supo darle a Concha lo que anhelaba y, sin embargo, solo necesitaban una cosa para estar a su altura: "Quererme. El otro día vi una cosa que me dolió muchísimo en el programa de María Teresa Campos, donde Paco Marsó, que en paz descanse, decía: "Yo la respeto muchísimo", y yo le contestaba: "Yo no quiero que me respetes, quiero que me quieras"".Son recuerdos agridulces de una vida cargada de momentos duros. Aunque a la hora de ponerlo en escena, la trama esquiva el rencor para apostar por la ironía. Y eso que Velasco quería algo más dramático; algo titulado 'Vino blanco frío y seco'. "Es lo que pedimos todas las mujeres abandonadas -que no despechadas-, solitarias, traicionadas, que tirábamos mano de la botella". Fue el creador del texto, Juan Carlos Rubio, quien le quitó la idea. "Me advirtió de que cuando las personas llegan a mayores, sobre todo si son famosas, quieren contarlo todo para echar la culpa a los demás de sus fracasos, personales y profesionales, pero eso al público no le interesa. Quisimos hacerlo divertido y así ha sido".

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