viernes, 29 de junio de 2012

Director invisible (en la muerte de Pérez Puig), por Concha Velasco


Tuve la gran fortuna de hacer «Estudio 1» con él, era una persona maravillosa y aquellos años los guardo con especial cariño. Él ha sido el director con el que más he trabajado a lo largo de mi carrera y el que más apostó por mi como actriz. Fue quien me dió el gran impulso a los veinticinco años. Lo mejor que he hecho en teatro ha sido de su mano, como uno de sus montajes de «La vengaza de Don Mendo». Su mayor don era que sabía dirigirte sin que tú te sintieras dirigido. Fue el único que hizo teatro español en el Teatro Español. Recuerdo, por ejemplo, un montaje de «Cyrano de Bergerac» impresionante..., o los de los textos de Jardiel Poncela. También es uno de los pocos que han subido a los escenarios a «Don Juan Tenorio» como Dios manda y todos sus montajes fueron auténticas joyas teatrales. Hemos perdido a uno de los grandes, a un director con mayúsculas. Puedo sentirme afortunada de haber sido una de sus debilidades como actriz, y lo digo con todo el respeto hacia Mara, su mujer. Su esposa y él eran una misma persona, un mismo alma en dos cuerpos diferentes. Pérez Puig era un hombre de ideas claras y se atrevió a hacer cosas que muchos otros no tuvieron valor de llevar a escena. Nunca se ha hecho teatro tan bien como lo hizo él a lo largo de su vida. 


No me perdí ni uno de sus montajes. Fue impresionante lo que hizo en el Español con «Tres sombreros de copa». Tuvo, tambien, la virtud y sabiduría de rodearse de gente válida que formaron su equipo de preferidos. Él fue uno de los mejores amigos de mi esposo, Paco Marsó, con quien, además de mantener una excelente relación profesional (increíble su visión de «Los intereses creados»), compartió buenos momentos.  Nunca se enfadó conmigo, a pesar de que en alguna ocasión tuve que decirle que no a algunas de sus ofertas. «La noche del sábado» fue una de ellas, o un monólogo sobre una mujer torera que no me atreví a interpretear y al que finalmente dio vida Victoria Vera. Sin duda se ha ido uno de los grandes.

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